Los mercados, ¿el lobo de los cuentos?

Levante-EMV 22 de enero 2011

El argumento de moda últimamente de la derecha y de sus altavoces mediáticos, es el siguiente: el Presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero, ha conseguido convencer a los progresistas de que el nuevo “lobo” del cuento, son los mercados.

Según ese argumento, consideran, y así lo pregonan, que los progresistas somos tontos y fáciles de convencer y que nos hemos creído lo del lobo para que no veamos la evidencia que se intenta ocultar y que ellos sí ven en todos los ámbitos: que la crisis mundial es culpa del Presidente Zapatero y de quienes como él despilfarran el dinero de los ciudadanos decentes en dar ayudas a los más necesitados, que, si son parados o pobres es porque son vagos, ergo malas personas que parasitan a la gente decente y trabajadora, a la gente de bien, como dios manda. Da lo mismo se hablamos de economía o sanidad, de industria o de fútbol, “la culpa es de Zapatero”.

Es el argumento que llevan varios meses repitiendo machaconamente a través de sus medios de información. El saber oficial impuesto por el neoliberalismo, y que a base de ser repetido cientos y cientos de veces, ha acabado cuajando en las mentes a las que maliciosamente va dirigido. Mentes acríticas a las que les resulta infinitamente más cómodo repetir el “slogan” del día que pensar por si mismos y sacar sus propias conclusiones.

Así que ahora, desde todos sus púlpitos, nos quieren convencer de que los mercados no tienen la culpa de nada. De hecho, alguno de estos voceros, nos los venden como las pobres víctimas de esta terrible crisis. Es decir, la culpa no es de los mercados ergo la culpa es de los políticos.

Han conseguido que se transmita la idea de que los políticos de las democracias occidentales no son más que asalariados de las multinacionales y de la gran banca. Asalariados que cuando salen de sus ministerios y secretarías de estado tienen reservados grandes puestos en petroleras, industria armamentística, farmacéuticas y todas esas otras grandes empresas que la iniciativa privada es capaz de conseguir cuando el estado considerara más importante la libertad de mercado que la vida humana. Iniciativa privada, bonito eufemismo para justificar la avaricia sin límites.

Al intentar desviar el foco de atención (mirar el dedo, no la luna a la que ese dedo apunta) pretenden que se olvide lo evidente: esta crisis se ha producido como consecuencia de la avaricia de algunos seres humanos, que parapetados en el oscurantismo que proporciona ese  ente todopoderoso, “los mercados”, ocultos en el anonimato que les dan los ordenadores, los laberintos financieros y el secreto bancario de ciertos estados paradisiacos, se dedican a especular con oro, plata, piedras preciosas, etc. pero tampoco le hacen feos a la especulación con alimentos de primera necesidad (arroz, trigo, maíz, etc.), con la salud de los ciudadanos, con la credibilidad de los estados y con lo que haga falta, sin excepciones, sin importar las consecuencias que ello pueda tener para millones y millones de personas. Quieren que olvidemos que la deuda que está sobrecargando por décadas a muchos estados ha sido creada para “rescatar” a los bancos, tan grandes que no podemos dejarlos caer, pero no tan grandes como para impedirles crecer.

Fue Vespasiano el que dijo a su hijo Tito: “pecunia non olet”, el dinero no huele, no importa si proviene de un impuesto a las letrinas o de la prostitución. Y es que escudados en su anonimato no tienen que mirar a los ojos de los niños que mueren cada día como consecuencia de sus trapicheos financieros y como no sienten su olor a miedo ni mucho menos su dolor no les importa de dónde viene el dinero, ni si huele a sangre, sino solo los bienes materiales que van a poder comprar con él.

Durante los tres primeros trimestres de este año, según todos los analistas el más duro de esta crisis, las empresas que cotizan en el Ibex 35 ganaron en total más de 38.100 millones de euros, un 16,7% más que en 2009 y se espera que a final de año los beneficios de éstas se acerquen a los 50.000 millones de euros.

También este año, el peor para la credibilidad de la economía española, las familias españolas más ricas han ganado 2.748 millones, un 8,6% más que en 2009, cuando ya aumentaron sus ganancias un 27% sobre las de 2008 y todo eso en un año en el que la cola del paro la forman ya más de 4 millones de personas.

Hace unos días el diario Público con motivo de la presentación de su ensayo “El odio a Occidente” publicó una entrevista a Jean Ziegler, profesor de sociología en la Universidad de Ginebra y actual Vicepresidente del Consejo Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En ella Ziegler se pregunta:  ¿para cuándo un Núremberg a los especuladores, mercaderes y políticos que consienten el mayor genocidio de la historia de la humanidad, el capitalismo?

Y yo también me pregunto… ¡Eso! ¿para cuándo?